No es Dios quien ha creado el infierno; es el hombre quien lo ha creado, porque habiendo sido creado libre, fue creado también capaz de rechazar a Dios, de decir no a Dios y de decirlo eternamente. Esto solamente es el infierno. ¡Dios no condena nunca, no condenará jamás! ¡Dios no podrá nunca odiar! Él es amor y espera sólo que tú le abras una rendija.
Ejercicios espirituales de 3 a 10 de agosto de 1980 en La Verna