El Señor quiso que nuestra respuesta a su amor no nos alejara de los hermanos, sino que nos uniera más estrechamente entre nosotros. La fe en el amor de Dios disminuye, cuando disminuye la caridad. Es necesario amarnos en serio con un amor sobrenatural, con un amor generoso y fiel, con un amor que no debe ser de palabras y sentimientos, sino que realmente debe comprometernos a la paciencia reciproca, a la comprensión, a la estima y a la ayuda fraterna.
“Creer en nuestra vocación”, en USFPV, p. 46-47